En general, la aplicación de las regulaciones de FATF para regular a las criptomonedas “permanece extremadamente escasa”, afirmó en el email. Por otra parte, tampoco cambió el proceso por el cual agrega países a la lista gris con el fin de llevar a cabo una supervisión más exhaustiva. Su control anual es una “actualización dirigida” que ofrece un panorama general del cumplimiento global, pero los países no son clasificados o reclasificados a través del proceso.